Ya no te recuerdo. Ni siquiera debajo de las sábanas. Puedo intentar imaginarte pero no lo consigo. Ya no recuerdo cómo apretabas mi mano en el cine, ni tu último corte de pelo, ni tus besos con gusto a Martini....Ya no recuerdo si me querías, o aplazaste quererme hasta encontrar tu mundo que tampoco recuerdo si era el mío.
Hoy he encontrado tus cartas en el fondo de un cajón. Ellas tampoco recordaban tus palabras, ni tu tinta, ni tus emociones escritas en párrafos.
Ahora recuerdo que no te quiero recordar más.
(foto: Ya Psa)
10 comentarios:
Esto : "Ahora recuerdo que no te quiero recordar más."
Es lago muy difícil, sobre todo cuando el sentimiento se trasluce así de profundo. Es muy fuerte. Quisiera decir que lo olvides, que no recuerdes más cosas que lastiman y acarician a la vez. Pero es difícil.
Un abrazo.
Ay... si pudiéramos tener el control sobre nuestros recuerdos y no al revés...
Hablando de recordar (por partida doble)... me has hecho recordar una canción que me encanta, "Entre mis recuerdos", de Luz Casal.
Qué gustazo leerte, 38.
¡Un beso!
Y digo yo, ¿Entonces por qué seguir guardando las cartas?
Los recuerdos son traicioneros y acuden a la memoria sin ser invitados.
¡Ahí me has dado!
Pero el tiempo lo cura todo. Y a veces la mala memoria es un alivio. Y sus cartas ya no las tengo, las rompí y quemé, como en exorcismo, el mismo día que rompimos aquella relación. Luego dolió. Y mucho. Pero ya pasó. Aún debo escribir algo, para ponerle la última lápida. Pero "no quiero recordar más".
Saludos nostálgicos.
El cerebro tiene sus mecanismos: hay cosas que recordamos que nunca sucedieron, o hechos pasados que no fueron como pensamos... la subjetividad se pierde en la virtualidad de quien parece que somos.
Me recuerdas a la canción de Bola de Nieve, "se me olvidó que te olvidé"...aunque ,en ocasiones, lo de recordar sea de alguna forma "despertar".
Un cariñoso abrazo.
No le quieres recordar más..., pero puedes?
:)
Si eso fuera posible... qué sitio tan cómodo sería este mundo
Cuando estamos en la autopista más enorme, de camino hacia el lugar más increíble, es inevitable (y hasta placentero) mirar de vez en cuando por el retrovisor.
Un beso enorme
A veces guardamos cosas por miedo a desprendernos de ellas, por miedo a cortar por lo sano con algo o con alguien.
Pero cuando un dia acudes a ello y caes en la cuenta que no te dicen nada te das cuenta que quizá ya no hay motivos para seguir conservándolo.
Me ha encantado como esta escrito y lo que expresa, quizá porque me identifico.
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