lunes, 5 de noviembre de 2007

la cena



Ella pone los garbanzos a remojo, se sienta de nuevo y continúa con su cena.

Desde la ventana se ve verde, ropa tendida, cinco nubes de color gris que se confunden con el negro, y veinticuatro ventanas iluminadas.

A lo lejos, alguien susurra su nombre, huele a col frita y a pasos próximos. Al poco, un hombre dos años mayor que ella, en bata de cuadros, le sonríe fijamente desde la puerta.

Se acerca ante sus labios, y antes de que tenga tiempo de decir nada le regala un suave beso en la boca.
En donde va su vida.

El se sienta a su lado,y aprieta su mano arrugada.
Sabe a pimienta y a medicamentos.

Ella,
feliz,
pide sin pensar una copita de vino.

21 comentarios:

3'14 dijo...

Qué belleza... y cuanta ternura. Espero algún día pedir una copita de vino.

Bito dijo...

Qué bonita imagen de la que ser feliz protagonista.

coco dijo...

"Entre el cielo y el suelo hay algo, con tendencia a quedarse calvo de tanto recordar". Hay cosas de las que cuesta mucho olvidarse.

Isabel dijo...

Me gusta tu manera de expresarte,las historias sobre las que escribes y lo activa que mantienes siempre la mente. ;-)
Volveré...Un abrazo.

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Es la belleza de lo cotidiano..., aunque yo esperaba sangre o sexo, la verdad =D

Luna dijo...

Me gustan tus microhistorias.
Un besazo.

Pedro Chincoa dijo...

Escribes lo esencial con ritmo cálido y acogedor. Microhistorias de peso.
un saludo.

Anónimo dijo...

Apología de la senectud?
Bien por ti, ya está bien de tanto mensaje que ensalza la juventud y olvida la madurez.

Y secundo y tercerizo eso de lo bonito de tus microhistorias, de debó!

Anónimo dijo...

Oh, ah, uh, argh!

Me acabo de dar cuenta que me has linkeado!

Esta noche cuando vi¡uelva te devuelvo el cumplido!

Merrrci!

:]

Bambu dijo...

Qué historia más tierna, me han dado ganas de volver a ver "El hijo de la novia" a saber porqué...

Nootka dijo...

Esos garbanzos en remojo han sido testigos de un beso de amor verdadero: se habrán derretido, observándolo todo bajo las aguas, y mañana los garbanzos estarán deliciosos...
mmmm
...con una copita de vino sin pensar.

RMS dijo...

Momento exacto, momento único, momento de amor, de entrega de todo. Tiempo de amar después de lo vivido y no vivido.
Me enterneció.... dibujó en mi mente un deseo.
¡Un abrazo amigo!

Anónimo dijo...

Pero todavía hay de eso??? ojala.....

Ana dijo...

Qué tierno (y qué mérito)

Tu inquilina dijo...

Que lindo texto, que bueno encontrar tu blog,aunque haya sido de rebote..por cierto, me gusta eltítulo tambien.
Gris

tentetieso dijo...

Tu historia sabe al tacto cálido de las castañas asadas ahora que el tiempo se hace implacable, a los tímidos reflejos dorados de la luna en las calles mojadas ahora que la noche es oscura.

Al sol otoñal de los membrillos -que dirían Saura y López.

Girasol dijo...

He tenido que leerlo y releerlo un par de veces, y en todas las veces que lo he leido, se me ha puesto la piel de gallina. Digamos que tus microhistorias, también son chupitos, como contabas en el post anterior. Mas lo disfrutas.

Saludos gaditanos.

Anónimo dijo...

Con este frío que se acerca, da gusto estar aquí. Besos .

Clowndestina dijo...

Me has dejado sin palabras. Te haces viejo conmigo?

38 grados dijo...

GRACIAS A TODOS/AS por vuestros comentarios!!! Continuaré esmerándome....pero con la copita de vino la ancianita.

Mandarina azul dijo...

Me entran ganas de llorar, 38.
Qué maravilla...
:)