A cuatro esquinas de su casa, habían tirado seis chaise-longues de color rojo. Era gracioso el espectáculo: un adolescente que intentaba colocar la chaise-longue encima de su cabeza, realizando cómicos equilibrios, una señora de edad avanzada sentada en una de ellas aguardando al marido para que viniera a ayudarla. Y M. con la suya. La ha arrastrado por las cuatro esquinas, subido los tres pisos del edificio hasta finalmente llegar al comedor de su casa.
No quedaba bien. Demasiado grande. La ha traslado a la habitación y no pegaba ni en pintura. La ha sacado al balcón, a modo de tumbona, pero ni así. Finalmente la ha devuelto al contenedor. Ha sudado como un noruego en el Sahara, pero no le ha importado, porque prefiere sudar que acordarse después de lo bonita que era esa chaise-longue que seis personas se llevaron delante de él.
8 comentarios:
Bueno, no pasa nada... al menos lo ha intentado :)
Besicos
:) Me has hecho sonreír...yo tengo algo de vagabunda, arramplo con todo lo que otros pretenden tirar. Hasta ahora no he llegado a los contenedores, pero quien sabe...
Lo importante es quedarse a gusto, y probar...porque el gusanillo de no saber que habría pasado con esas tumbonas...puede ser muy nocivo...:)
Un achuchón grande y buen fin de semana.
Y es que no se puede ser menos, ni siquiera con chaise longe, faltaría longe, digo plus. :)
Besos.
Pues qué pena...tumbarse en la chaise-longe a lo Josefina Bonaparte, seguro que todos quedaríamos estupendos...pero si no puede ser, no puede ser. Aunque lo verdaderamente importante es haber aprovechado la ocasión con la ilusión merecida.
Me gusta la gente que se apasiona hasta con un mueble que encontramos en la basura.
Besos, 38
Yo le diría a M. que proponga al Ayuntamiento de su ciudad que, a partir de ahora, nada de bancos en el mobiliario urbano: ¡chaise-longues! Y rojas, a poder ser.
:) Buen fin de semana y muac, 38.
si las chaise longe hablaran jeje...
un guiño.
Habría sido infinitamente peor pasarse una semana arrepintiéndose de no haberlo hecho. Tardan más en aliviarse los rucurrucus mentales que los sudores físicos.
Felices siestas.
Te aseguro que si cabe en mi habitación cambio el color de las paredes con tal de que combine :))
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