sábado, 27 de septiembre de 2008

tenedoro

(dedicado a Jon)

Siempre fui tenedoro, aunque nací en el pueblo de los cucharos.


Mis padres vivieron para recoger su destino a cucharadas. Mis hermanas las cucharillas dijeron que sí al tiempo de los sueños sorbitos, a ver si llenaban de una vez sus barrigas de ilusiones cóncavas.

Pero yo soñaba con clavarme a un bulto, aferrarme como un aguijonazo a la piel y a la carne. Ser un mini emperador tridente.

Una noche, mi padre me descubrió ojeando una revista de tenedoras enseñando las púas al viento, en posiciones claramente afiladas.Mi madre no dejó de llorar, pensando para qué me serviría mi vientre tan lisito y redondeado si no tenía interés por los cazos y las cucharas soperas.

Decidí huir. Al pueblo de los cuchíllaros. Y es que siempre tuve tendencia a otras cuberterías.

sábado, 20 de septiembre de 2008


me gusta ese brillo pop que cuelga de tu cabeza,

esos ojos que te pintas sentada en el bidet.

Tu risa grafitera y tus kas de kariño.


(abro el viejo buzón y sólo hay facturas

y fotos de pizzas a domicilio)


me gusta chatear con tus ojos,

y que me digas flipo flipo y flipo.


(en la tele veo una mujer absurda,

a un tipo absurdo. Un programa absurdo)


me gustan tus perforaciones hechas un día cualquiera,

destapar una noche tu espalda y encontrar un nuevo tatuaje entre las costillas.


(en la nevera dos cervezas frías

y una lata de melocotón en almíbar)

sábado, 13 de septiembre de 2008

ejecutivos

(Foto: "nightmare" by Yuusaku)
Aprendes a estar ahí, entre quienes no se apartan.

Llegas rendido a casa, con los sorbos de orgullo metidos en las sienes. Saciado, y a la vez endeble.

Abres un cartón de leche mientras te quitas la americana. Algo de tí se deshace, en un baile exterminador de energías. Has descendido hasta el hueco de tus pies, donde se amontonan tus consuelos. Te sientas en el sofá y enciendes el televisor, con aquel gesto inconsciente de quien da de comer a un oso de peluche.

Sabes que eres peso neto, insecto de pensamiento innegociable.

Y te derramas en un sueño absurdo. Hasta la próxima mañana.

martes, 9 de septiembre de 2008

no mires mi cuerpo


(foto: "The storm". Borgein)


Decidieron hacer el amor en un lugar que no conocían, en medio de una tierra rala, salpicado de piedras negras y arbustos sin encanto.

Sin saberse, ni amarse. Solo por el placer de rechinar los dientes en la nada. Buscaron el lugar más frío y confuso, donde los besos supieran a rancio y la tierra oliera a despedida.

No llevaron ni una manta, los cuerpos ahogados en un terco gozo transversal, hincándose las costillas. Pasaron horas volviéndose locos sin mirarse, agitando la carne húmeda y borracha en ese mundo secreto. Aprisionando sus esternones, jadeando escaladas y descensos, un aluvión de cópulas oscuras.

Luego, el cielo se desgarró en rojos y violetas.
"No mires mi cuerpo, no digas nada".


miércoles, 3 de septiembre de 2008

ligero



Nací en una falsa esquina de un lugar que nadie me dijo.

Salí sin arrugas ni llantos, como un sordo eructo.

Al poco empecé a esquivar márgenes, a deslizarme como el humo, a apurar lo acumulado, a contarme cuentos pasajeros.

"¿a qué te dedicas?" me preguntaba la gente
"a salvarme del peso", les decía.

Ahora, acudo a lugares en los que ya he estado, así no cargo con nuevos recuerdos.
Nada me acompaña, sólo la hora y el impulso.

Mañana me zarandearán unas cuantas nubes, sin ancla, limpio y con las manos vacías, y no sé por qué, me meteré las manos en los bolsillos, en busca de algún para siempre.